La importancia del manual de usuario y porque leerlo

La importancia del manual de usuario y porque leerlo

¿Cómo operar correctamente un equipo y de qué manera conocer sus alcances y sus limitaciones? Aunque suene obvio todo esto, después de más de tres décadas de trabajo en la industria y poco más de cinco décadas como usuario de cualquier cosa que necesite una guía de como ejecutar y hacer las cosas, tal parece que estos manuales de usuario dicen en letras grandes, como de periódico de la tarde: Por ningún motivo no abra este manual, no lo lea y deséchelo de inmediato. Ya sé que suena melodramático pues muchas de las dudas, problemas y durabilidad de los equipos se pueden solucionar precisamente revisando el manual.

Siendo irónico, veamos este tema con la seriedad que merece el tema  Los manuales pueden presentarse de manera física o virtual. Su presentación debería ser en español y en el idioma original que usualmente es en inglés y copia fiel en su traducción. Crítica aparte es que hay fabricantes, marcas y productos que incluyen un manual “genérico” que poco ayuda al usuario e incluye o no, características que ni siquiera tiene el equipo en cuestión. 

El manual físico o en papel puede ser un manual completo y el de inicio rápido. El manual virtual o electrónico se incluye en un link o enlace e incluso un código QR para que lo bajes desde un sitio web. Posiblemente hasta los años 80s algunos fabricantes incluían el diagrama o el manual de servicio del producto. Recordemos que hoy el mundo es verde y se intenta no imprimir, gastar innecesariamente en papel pues debido a la extensión alrededor del mundo en la distribución del producto, podría venir una biblia/manual de usuario en 6 idiomas o más, por ejemplo.  

Un manual de usuario tiene varios apartados donde básicamente se muestran en diferentes secciones precauciones y advertencias, características generales del equipo, contenido, panel frontal y trasero, como debe conectarse, la configuración del equipo, funcionamiento, ajustes varios, programación, las indicaciones en el display o pantalla, así como las luces y colores que tenga, una guía de resolución de problemas y las especificaciones del producto. Un producto sumamente complejo son los receptores/amplificadores/procesadores AV y cuyo manual puede traer varias decenas de páginas. 

Por mi experiencia en la traducción de manuales de usuario, estos son sumamente repetitivos e itinerantes, por lo que no debería ser intimidatorio tomar lectura en ellos. Juega con los ajustes, ve y compara qué pasa. Siempre hay una forma de volver a empezar.

Bueno, hasta en el panel posterior de los receptores viene impreso un gráfico con las conexiones de bocinas para evitar la confusión de tantos bornes de bocinas, colores distintos y hasta una página web interna en el equipo que nos muestra como conectarlo y echarlo a andar, todo ello en tu mega pantalla con los Ks de súper-duper-mega-alta resolución.

El prototipo del buen manual de usuario debería tener las siguientes características: texto claro y simple, gráficos de las instrucciones, imágenes o fotografías de lo que puede ver el usuario tanto en el display del equipo u OSD (on-screen display o menú en pantalla) e interfaz de usuario (por ejemplo en una app en dispositivo móvil), resolución de problemas y un glosario de términos. Y si todo falla, como hacer un soft reset y/o un hard reset del equipo ya que la mayoría de los equipos hoy en día funcionan a base de programas de cómputo. También debería incluirse una dirección o website para consultas, tanto vía telefónica, chat o por escrito para soporte técnico, aunque esto suene en verdad ideal pues no todas las marcas lo tienen y hablen el idioma del usuario. Nuevamente pierde el miedo y juega con tu equipo.

Hay un argumento que los usuarios nos comentan – yo solo quiero prenderlo y usarlo, punto. Cosa similar sucede en la industria automotriz – solo prender el auto y manejarlo, punto. No me interesa saber cómo es la suspensión, cuantos caballos de fuerza tiene la máquina y su torque, bueno, pues ¿que no lo único que necesita un automóvil es gasolina y agüita para lavarlo? Aceite y líquido para la transmisión, guácala, están sucias estas cosas. ¿Aire para las llantas? ¿A qué presión? Uchala, pues ¿que consume sal y se le sube la presión? Santos sodios Batman, los alimentos y la gasolina chatarra están por doquier. 

Si trasladamos esto en el audio, sería a nivel componentes y especificaciones. ¿Microfaradios? Están tan chiquitos que no se ven ¿La alta resolución es más cara por ser alta? Mejor mediana resolución, ¿no? porque baja me suena que esta chafa (mmm cuantos años vivieron en el dominio del MP3 a cambio de miles de canciones) 

En este punto para los audiófilos y enterados en ingeniería en electrónica, si nos interesa a fondo la marca de los componentes, los materiales de construcción, la arquitectura y topología de los circuitos, que ingeniero estuvo involucrado en su diseño, los foros y reseñas que dicen y las míticas revistas en el medio y sus reviewers que opinaron. Bueno, hasta los specs de los fabricantes en semiconductores son un deleite para su servilleta.

En sistemas complejos de integración, una buena práctica es dejar hojas impresas y enmicadas de las instrucciones de operación para los usuarios (los manuales están guardados y ocupan una caja de un metro de largo) y hasta un apartado de “en caso de…” que hacer por sí mismos (jale la clavija del equipo) y/o de manera remota a través de Bluebolt u OvrC jalar esa clavija en el router virtualmente y reiniciar la magia de manera remota la funcionalidad por la red.

Un buen manual de usuario es como un viejo conocido que le preguntas una dirección y no solo nos la proporciona, sino que también revisaremos ajustes que hicimos o no en su momento, ideas prácticas que no aplicamos y detalles que pasamos por alto. Un viejo conocido que nos recibirá con una sonrisa en su encuentro.

 

¡Nos vemos pronto!