El A, B, C de los micrófonos (parte 1)
Aun lo recuerdo, tenía 5 años (1969) cuando en la primaria, un día de la bandera, sostuve un micrófono enorme y pesado, un 55SH de Shure y describí la bandera de Morelos a toda la escuela. Ese fue mi primer contacto con este tipo de transductores o dispositivos que cambian un tipo de energía por otro (energía sonora a eléctrica).
Hoy podemos tenerlos y usarlos prácticamente en cualquier momento: en nuestro teléfono móvil, computadora o al tocar simplemente el timbre del interfono. Estos micrófonos no son tan evidentes como un 55SH pues hay otros que miden tan solo milímetros en su tamaño y hay otros que vemos con artistas en conciertos, en la televisión, con reporteros, en una conferencia virtual y un amplísimo etcétera. Vamos a clarificar su variedad para que sea más fácil y sencilla su selección y vayamos por lo básico:
- De mano que son los más usuales que vemos. Es un dispositivo que sujetamos con la mano, lo suficientemente grandes para sostenerlos cómodamente y lo acercamos a nuestra boca o fuente de sonido con nuestra mano. Debe tener cierta resistencia al ruido en la manipulación del mismo y también cierta robustez a los golpes. También se pueden colocar en un soporte de mesa o de piso para tener las manos libres.
- Diadema para ajustarse en la cabeza, nuca o cuello. Estos micrófonos dejan las manos libres al presentador u entrenador. Se mantiene cerca de la boca el dispositivo y a pesar del movimiento que la persona haga al mover su cabeza o el cuerpo entero, se mantiene apropiadamente, ¡sin caerse!
- Superficie llamados popularmente de tortuguita o en la forma de un botón grande. Anteriormente su aplicación era muy específica como en el piso del escenario de un teatro o dentro de un piano. En salas de juntas, se escogían por su apariencia discreta en su colocación en la mesa y ahora con el auge de las conferencias virtuales, son imprescindibles por su colocación poco notoria, amplia captación de sonido en una dirección y fácil de llevar para telemedicina y uso en home office.
- Colgante, nuevamente de uso muy específico para coros y escenarios en teatro, colocados por encima de los cantantes y actores. Algunas veces usados en salas de juntas con resultados regulares.
- Lavalier o tipo solapa. De apariencia discreta, se coloca en la ropa y como se describe, en la solapa del saco o en algún punto de la ropa cercano al cuello y la boca
- Cuellos de ganso. Aquí la cápsula del micrófono está colocada en una extensión de varias pulgadas para colocarse o instalarse en un pódium o en una mesa de una sala de juntas, sin que estorbe el mismo para colocar material de lectura o de trabajo en una superficie y el micrófono capte adecuadamente la voz con buen direccionamiento.
- Para podcast. Aquí encontramos surtido rico entre todos los que describo y poseen características para esa aplicación pues pueden ser algo similar al de estudio, con apariencia vintage, LEDs en su interior, de colores, para colocar en superficie o colgante, con un solo patrón de captación o con varios, de diadema, etc. Una particularidad es que pueden tener entrada USB para su interconexión o se conecten a una interfaz digital de audio a USB.
- Shotgun o rifle (la traducción honestamente no es muy adecuada que digamos). Tiene una característica forma alargada, altamente direccional y contra el mito de que tienen un largo alcance en su captación, es más bien muy cerrado y como analogía, sería como si miraras en un tubo y solo lo que veas a través de él, será lo único visible. Altamente recomendable su uso direccional para entrevistas y ambientes complicados por distractores y ruido.
- Para estudio de grabación. Son micrófonos dedicados, algunas veces muy costosos, con patrones de captación diversos o específicos, de estado sólido y con bulbos, diafragmas grandes con materiales y diseño fuera de lo común. Una inversión para los ingenieros de sonido y estudios de grabación con marcas y modelos legendarios.
En nuestra siguiente entrega, letra “B” revisaremos los micrófonos por su patrón de captación y tipo de cápsula.
¡Gracias por leernos!